domingo, 27 de febrero de 2011

Konstantin Lopushansky - Pisma myortvogo cheloveka (1986)

Cartas de un hombre muerto
Tras una guerra nuclear los supervivientes se encuentran en bunkers bajo tierra protegiéndose del invierno nuclear. Sin embargo, una nueva generación encuentra una forma de crear una nueva vida en la Tierra. Tras la muerte de su esposa y el suicidio de uno de los científicos refugiados, decide mudarse al refugio central, de donde escapa para hacerse cargo de los niños huérfanos, y entregarles la última esperanza, devolviéndoles así el habla.
A su muerte, los doce niños sobrevivientes retornan a la superficie del mundo devastado creyendo en sus últimas palabaras: "Recuerden. El mundo no ha muerto... Váyanse y caminen hasta que se les agoten las fuerzas. Porque el hombre que camina siempre tiene esperanza".
FA 3863

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