martes, 5 de julio de 2011

Yorgos Javellas - Mia zoi tin ehoume (1958)

DRAMA/COMEDIA Un preso no para de cantar y silbar todo el día una canción que reza "Sólo tenemos una vida, si no la disfrutamos, para qué la vivimos", ante tan desbordada alegría, un guardia de la cárcel le pregunta cómo puede estar tan alegre estando entre rejas. Así, el preso le narra la historia de cómo llegó allí. Era un simple empleado de banco, encargado de la caja. Harto de contar los millones de los demás y ser maltratado constantemente por su jefe, decide no avisar de un error en la contabilidad, y quedarse la fortuna...(FILMAFFINITY)

Lecturas para el presente
Es de suponer que en la Grecia de los últimos años se habrá recuperado lo que no deja de ser un clásico de su cine que se sitúa un poco en la línea de todo lo acontecido a raíz de la crisis económica del año 2008. Está claro que "We Have Only One Life" es una película que nace en un contexto socio-político muy concreto y que, precisamente, esto es lo que la convierte en una película tan característica.En cierto sentido es fundamental comprender que esta cultura griega se forja en el clima dejado por las traumáticas experiencias de la sangrienta guerra civil que se dio entre diferentes grupos de izquierda y las fuerzas conservadoras de diverso signo cohesionadas en torno a la figura del rey Jorge II. En el marco de la guerra fría, el peligro real de que el comunismo pudiera hacerse con el poder en un país de gran importancia estratégica como Grecia fue determinante a la hora de que los Estados Unidos intervinieran con gran cantidad de recursos económicos y asesores militares a lo largo de finales de los cuarenta y, después, con el Plan Marshall, a principios de los 50. Todo esto dio lugar a una marcada influencia del gigante norteamericano sobre el pequeño país heleno, tanto en el marco cultural como en el económico, pasando por las mentalidades, lo social y lo político.El punto donde más patente se hace la influencia del modelo de vida estadounidense es en la figura de Bibi, quien vive de forma disoluta, sin preocuparse excesivamente por nada que tenga que ver con el mañana. Su destino, casualmente, se va a ver unido al de Kleon por puro azar. Éste es cajero en un banco ateniense, atemorizado por el carácter autoritario e implacable del director de la marca financiera para la que trabaja, éste último es un individuo hipócrita que predica unas normas de comportamiento para sus empleados con las que él no cumple. Así pues, el bueno de Kleon vive subyugado por una realidad opresiva en la que apenas tiene posibilidades de pensar en sí mismo. Todo el mundo parece reírse de él debido a su rectitud y buen hacer, sus compañeros a duras penas lo respetan y su jefe constantemente le está imponiendo multas por fumar durante su horario de trabajo. Precisamente Bibi llega a su vida a través de la relación que ésta mantiene con el director del banco, quien se pasea con ella por todo Atenas en coche y no duda en preparar un viaje por Europa a pesar de estar casado. Lo sorprendente es que esta situación no es discutida por nadie, de modo que vemos las jerarquías sociales claramente aceptadas en mentalidad de la gente corriente. Éstos parecen entender que quien tiene el poder tiene derecho a regirse por un régimen moral más laxo y a disfrutar de ciertos placeres que para ellos están vetados, al mismo tiempo se puede permitir tener mano dura con sus empleados y ponerlos en ridículo delante de clientes y compañeros de trabajo.spoiler:Esta es una de las críticas de Javellas: la aceptación conformista de una sociedad en la que unos caminan por encima de los otros. Kleon es de los segundos, sin embargo, como es natural, también él siente tentaciones de acceder a los placeres del paraíso, justamente por ello se enamora de Bibi, a la cual ve pasar a menudo por el banco acompañada del director. Hay un componente un tanto machista en la elaboración de esta figura femenina que aparece tan sólo preocupada por lo material y que con sus cantos de sirena consigue corromper la moral de los hombres, es un recurso artístico tan viejo como "La Iliada". Es obvio que esto tiende a consolidar determinadas percepciones muy asentadas en una cultura patriarcal y conservadora como la griega, al menos por aquel entonces. Dicho conservadurismo -muy condicionado por el lugar predominante de la Iglesia ortodoxa en la sociedad griega- se puede ver en el hecho de que en toda la película no aparezca ni una sola imagen de erotismo explícito.Sea como fuere, la oportunidad de Kleon para atravesar las puertas del cielo vendrá a través de la revisión de las cuentas diarias del banco, donde el balance no le encajará de ninguna manera tras dar un excedente de más de un millón de dracmas. Su compañero, el avispado Manolis, le planteará el dilema de si es honrado o cobarde desaprovechar la oportunidad de hacerse con el dinero. Finalmente éste se lo llevará y dará inicio a una huída hacia delante en su intento por conquistar el amor de Bibi, atraída por lo que parece una milagrosa e inmensa fortuna. No obstante se acabará descubriendo el fraude y Kleon no sólo será enviado a la cárcel, sino que será abandonado por Bibi. Llegado el final es liberado porque se descubre que durante una borrachera había firmado un contrato multimillonario con un empresario alemán, el banco retira los cargos y firma un contrato con él que le vale la admiración de todos. No obstante Kleon está en la ruina tras haber pagado sus numerosas deudas, de modo que decide emigrar a los Estados Unidos, a casa de una de sus hermanas, como tantos otros griegos a lo largo del siglo XX.El film de Javellas me recuerda a la mucho más actual "Filantropica" (2007), de Nae Caranfil, una película rumana que también refleja el duro choque que provocan los cambios socio-económicos y políticos de gran envergadura sobre la gente de a pie. No obstante quisiera hacer referencia al enfoque buenista y conservador del mensaje de la película del griego. Hasta cierto punto, aunque plantea la duda de si seríamos capaces de matar a cien chinos mandarines para convertirnos en millonarios no deja de plantear un patrón de comportamiento social basado en la honradez, en la verdad y en el buen hacer, aún a pesar de la injusticia. En cierto sentido queda descartada la posibilidad de cambiar las cosas; algo así ocurre con Kleon que, además, no sólo no actúa con el deseo de perjudicar al banco, sino que sólo lo hace con el de mejorar su propia situación personal. DAVILOCHI

FA 4251

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