domingo, 27 de noviembre de 2011

Jean Rouch - Jaguar (1967)


Tres jóvenes nigerianos cuentan su propia historia:
un largo viaje a Ghana con mucho de aventura.
Cuando Rouch viajó a Níger en 1954 para proyectar Bataille sur le grand fleuve a sus protagonistas, un grupo de cazadores de hipopótamos que nunca habían visto una película, éstos no se maravillaron ingenuamente ante la atracción, sino que criticaron el uso de la música a que había echado mano Rouch para la secuencia de caza: según el propio testimonio del cineasta, argumentaban que "el hipopótamo tiene oídos tan sensibles que podría sentir la música aun bajo el agua y escapar (...)durante la partida de caza no ha de oírse absolutamente nada, o no habrá caza alguna". El, que había decidido recurrir a la música "bajo la influencia de la tradición del western," respondió entonces con un abandono de las normas cinematográficas, abriendo su obra a una improvisación que respondía a la voz de sus sujetos. La experiencia fue -diría más tarde Rouch- una revelación, "sin duda el momento más importante de mi carrera".
Matt Losada, Senses of Cinem
Dedicado a la memoria de Gérard Philippe, que proveyó los fondos necesarios para completar el rodaje, Jaguar ha sido descripto por Rouch como una "pura ficción", y "una postal puesta al servicio de lo imaginario". Lo ha comparado con la pintura surrealista -"usando los [métodos] más reales posibles de reproducción al servicio de lo irreal, poniéndolos en presencia de elementos irracionales." Para mí, sin embargo, el encanto y las derivas de este relato están mucho más cerca de la música que de la pintura: del tipo de música que nos lleva a otros lugares. Hay aquí incluso un nexo significativo con elperformance art.(...)
En 1968, Rivette observó que "Rouch es la fuerza que se halla detrás de todo el cine francés de los últimos diez años, aunque pocos lo han advertido. Jean-Luc Godard viene de Rouch. En un sentido, Rouch es más importante que Godard en la evolución del cine francés. Godard va en una dirección que es válida sólo para él, que en mi opinión no constituye un ejemplo. En tanto que los films de Rouch son todos ejemplares, incluso aquellos que resultaron fallidos..." Varios años después, Rivette citó la versión original de ocho horas de Petit à Petit -la secuela de Jaguar, protagonizada por los mismos personajes diez años después- como el "principal impulso" para Out 1, su propio monumental serial de trece horas. De hecho, la narración fuera de cuadro, la ficción mezclándose ambiguamente con el documental, relatos extensos que se expanden en todas las direcciones posibles, y la noción del cineasta como chamán a la par que como testigo y participante son apenas cuatro de los muchos procedimientos e ideas en los que Rouch fue pionero y de los que luego se apropiaría la Nouvelle Vague. 
Rip y subtítulos castellanos propios. Iba a quitarle las franjas negras de los costados, pero vi que no están en toda su extensión, así que las dejé para no andar jodiendo con el cuadro.
FA 4476

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