jueves, 1 de marzo de 2012

Elles - Johanna Quinn (1992)


They / Ellas
Silent / Sin diálogos

Dos de las modelos de Toulouse Lautrec se toman un alegre y bullicioso descanso de su posado.
Ahhhh… la siempre vigente animación artesanal con carbonilla y papel. Clásica, con exquisitos trazos y proporciones reales. Una verdadera obra de arte de esta maravillosa artista británica, con guión de Hortense Guillemare.


Redescubriendo a Joanna Quinn. El arte del dibujo tras el frame y la consolidación de un sueño compartido


Joanna Quinn cumple a la perfección esta máxima, y queda manifiesto visualmente en los ejemplos comparativos con otros artistas dentro del apartado de inspiraciones: Daumier, Degas y Goya, entre otros. Son selectos botones de muestra que señalan ese camino hacia el encuentro con su propia identidad creadora. Joanna Quinn tiene ahora un estilo propio, con unos personajes reconocibles en su estética y con femeninos que han recuperado su verdadero poder, y que actúan desde el reconocimiento de sus principios a la igualdad y la recolocación. A este respecto, Maureen Furniss atribuye a las cineastas del sexo femenino una gran responsabilidad como creadoras de una imagen positiva de la mujer (Furniss, 1999: 243). Los personajes femeninos de Joanna Quinn se reconocen perfectamente en este postulado: ni timoratas, ni “supermujeres”, ni competidoras, ni iconos sexuales. Joanna Quinn propone mujeres que se recrean a ellas mismas, como mujeres y creadoras, generando femeninos desde el femenino y estableciendo otro rol de las mujeres en las producciones de animación. Joanna Quinn evoluciona con sus personajes en cada nuevo filme, tanto en su expresividad gráfica, como en su tratamiento del ser humano. Incluso comparando sus femeninos a los de sus autores masculinos de inspiración, ella les otorga otro posicionamiento, otra forma de estar en el mundo; nuevas maneras de desenvolverse ella misma, y a la par, de mostrar a sus protagonistas sin prejuicios frente al espectador. Joanna Quinn es una luchadora, una transgresora a través del arte. 


En el aspecto más intangible, Joanna Quinn es una alquimista de las emociones humanas, de las vivencias cotidianas, de la herencia cultural y del entorno familiar que constituye, en ocasiones, un obstáculo para vivir de forma auténtica nuestras vidas, encorsetados en el rol y la coraza del carácter, la máscara o el disfraz con la que aprendimos a convivir con el mundo desde pequeños. Ser conscientes de ello y liberarnos de su influjo, es un reto tan difícil como significativo para ser felices de verdad. A colación de esto, son muy interesantes las consideraciones de Fina Sanz, prestigiosa psicoterapeuta que ha escrito en torno a los mitos culturales y personales, presentes en las imágenes que nos acompañan desde nuestro nacimiento (Sanz, 2006:167):


Como parte de los mitos socioculturales, se inscriben los mitos de género (femenino y masculino), aquellos que describen, que “modelan lo que debe ser” el comportamiento de hombres y mujeres, dicotomizados en roles de género. Estos roles de género se aprenden y reproducen, como cualquier mito, inconscientemente. De esa manera se continúan manteniendo los valores del sistema social.

El trabajo de Joanna Quinn atiende perfectamente a estos argumentos y a su manera, con su arte, propicia el cuestionamiento del espectador en torno a los mitos de género, tanto en Girls Night Out (1987) como en BodyBeautiful (1990), a la par que favorece otra perspectiva sobre la feminidad recuperada y el papel del personaje femenino real, el anti-prototipo. Joanna Quinn confiere a sus femeninos el poder de ser ellas mismas artífices de sus vidas: mujeres protagonistas, que desarrollan una forma de expresión alternativa a lo establecido.
María Susana García Rams (Con A de Animación)


FA 4526

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