lunes, 1 de octubre de 2012

Sohrab Shahid Saless - Tabiate bijan (1974)


El encargado de la estación de ferrocarril de una zona remota que vive en una habitación individual junto con su esposa tejedora de alfombras es obligado a jubilarse, y cuando se entera de ello, es prácticamente su sentencia de muerte,ya que incluso empleados a tiempo completo, él y su esposa apenas pueden sobrevivir...
Tabiate bijan, "Naturaleza muerta", es una reflexión profunda y desgarrada del sentido de la vida del ser humano, y concretamente de Mohamad y su mujer. Él está encargado de una remota estación de ferrocarriles y vive con su mujer en una pequeña casa con una sola habitación. Esto ha sido así por alrededor de 33 años. La naturaleza muerta (o Bodegón) es una obra de arte que retrata objetos inanimados, sean de origen animal, vegetal, o artificiales, y he ahí la columna de la película, el director nos posiciona al matrimonio de ancianos al mismo nivel de los objetos inanimados, con lo cual claramente refiere a que ellos ya han dejado de vivir, de obrar como seres humanos y no son muy distintos a una silla, una mesa o un jarrón con agua. La construcción del escenario principal, la casa del matrimonio, está perfectamente diseñada y proporcionada como un tipico cuadro de tipo Bodegón, y sobre aquel lienzo discurre la "vida" de los personajes.


Tabiate bijan es además una película muy moderna, en aquellos años Sohrab Shahid Saless pertenecía a un grupo de vanguardia artística y aplicó varios postulados experimentales a la película. A destacar la filmación de escenas en tiempo real, como la llegada de los trenes, cuando el viejo lía cigarros o toma té, entre otras. El montaje tiene escenas que pueden llegar a parecer que existen incoherencias de guión, pero en realidad él está rompiendo un asunto de fondo, el concepto de tiempo en el filme, de ahí que una escena puede haber ocurrido otras veces en diferente sentido, incluso un diálogo repetido es acallado por el sonido de un reloj que marca el tiempo. Además la inexpresión de los personajes, la repetición de la rutina hasta el absurdo, el microcosmos asfixiante, la hacen una evidente precursora de El caballo de Turín, y con más de treinta años de antelación.


La dejo recomendada, es una película muy lenta, pero de una belleza y valor inconmensurables.


FA 5094

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